
Desmantelan feudo minero de La Chapiza en Sonora
Durante al menos cinco años, prácticamente toda la gestión de Andres Manuel Lopez Obrador, los yacimientos conocidos como La Ciénega y Rancho Colorado fueron explotados por células delincuenciales, en especial de Los CHAPITOS, que extraían oro, generando –según estimaciones oficiales– alrededor de 1.6 millones de dólares mensuales.
Esta operación clandestina sostenía financieramente a La Chapiza, una facción de dicha organización criminal. Estas actividades no sólo alteraron la seguridad de la región, sino que desmantelaron la vida productiva de decenas de familias ganaderas y agricultores, que se vieron obligados a abandonar sus ranchos en medio de amenazas, violencia y desplazamientos.
El poblado de La Ciénega, municipio de Pitiquito, Sonora, y sus alrededores, se encontraban bajo control absoluto de grupos criminales que se apoderaron de ranchos y caminos, así como de recursos minerales que se convirtieron en una millonaria fuente de financiamiento para el cártel de Sinaloa, señalaron informantes, quienes pidieron el anonimato.
Víctor Hugo Enríquez García, titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Sonora, señaló que, en respuesta a las denuncias de productores y empresarios, la dependencia implementó el año pasado operativos de recuperación que permitieron asegurar 42 ranchos y dos minas que habían sido tomadas por la delincuencia organizada.
Las operaciones, que incluyeron patrullajes, vigilancia aérea con drones, vuelos y desmantelamiento de antenas de comunicación, restablecieron la presencia de la autoridad en la zona. Además, se aseguraron campamentos, puntos de vigilancia o halconeo y equipos utilizados por La Chapiza para el control territorial.
La mina La Ciénega fue oficialmente recuperada durante un operativo realizado el 25 de septiembre de 2024, en el que participaron 200 elementos de seguridad y fueron capturadas ocho personas.
Detrás de la fachada minera se ocultaba una red criminal que en 2019 había expulsado a la empresa RM La Esperanza, operadora legal de la mina, para tomar control de la extracción.
Enríquez García destacó que la recuperación de estos espacios permitió también reactivar parte de la actividad económica en el poblado de La Ciénega, Pitiquito, y sus alrededores, con un incremento de hasta 40 por ciento en la ocupación de ranchos y regreso de desplazados.
Todos los procesos económicos de la zona se habían visto afectados; evidentemente, muchas fuentes de empleo fueron perjudicadas y, por consiguiente, la inversión. Entre 35 y 40 por ciento de los ganaderos han vuelto a sus actividades; en el caso de la mina es otro proceso que lleva más tiempo, afirmó.
con información de La Jornada.