Si no les gusta, cambien de número o de profesión

Por OSCAR DANTES

El colmillo fascista salió por fin a relucir. En un acto de abierta intimidación y venganza, el presidente de México declaró que no fue un error la divulgación de teléfonos y correo electrónico de la corresponsal del New York Times.

Como peleonero de barrio, lejos, muy lejos del estadista que debiera ser, Andrés Manuel López Obrador respondió furioso: “¿Y mi derecho? ¿Ella tiene derecho a calumniarme a mí, a mi familia?”, declaró, como si fuera un ciudadano indefenso.

Y la reportera le decía: Si en Estados Unidos esto ocurriera, sí hay sanciones.

–No pasa nada. Si la compañera está preocupada, que cambie su teléfono. Otro número. Ya.

La Ley de Protección de Datos Personales es, en México, poco menos que una caricatura, al Igual que el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), porque el alcance de sus sanciones no hará ni cosquillas al presidente de México.

Lo dicho este jueves por el mandatario, amerita ser llevado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ante organismos internacionales, porque la actitud del presidente solo es la secuela de otros actos similares.

No fue sólo el desprecio con que enfrentó el intento de asesinato del periodista Ciro Gómez Leyva; la impunidad con que reveló datos fiscales de Joaquín López Dóriga y Carlos Loret, sino la indolencia con que ha tratado muchos asesinatos.

 

Es un presidente en campaña, que de un manotazo llamó hipócritas, clasistas y racistas a más de 500 mil personas que se manifestaron en la capital de la república y otras 115 ciudades.

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) informó que iniciará una investigación de oficio ante la divulgación del número telefónico de la periodista de The New York Times.

¿Qué tanto puede hacer un organismo diezmado, acosado por el propio Ejecutivo Federal, bajo la consigna de desaparecerlo, para sepultar los miles de millones de pesos que se han desviado durante la presente administración?

De hecho, el Senado se encuentra en desacato de una orden judicial de la Suprema Corte, que le dio 10 días para nombrar a los consejeros faltantes del INAI. Menos ahora lo hará, bajo la advertencia de que investigarán el desbarro de AMLO.

Todo esto ocurre en medio de nuevas revelaciones de presuntos nexos del narcotráfico no solo con el entorno presidencial, sino con los hijos del presidente, de quienes según dicen, existen videos recibiendo dinero de cárteles.

La furia del mandatario es evidente, y se pondrá peor si el diario estadounidense difunde los videos de Andy y José Ramón, a quienes vinculan en triangulaciones peligrosas.

Las huellas de los desvíos y desfalcos son ya descomunales. No sólo es el caso Segalmex, donde siguen pendientes de aclaración, 4 mil millones de pesos en desvíos. Ignacio Ovalle sigue protegido por el presidente López Obrador.

Poco antes de morir, Carlos Urzúa denunció que más de 600 mil “fantasmas” se encuentran en la lista de adultos mayores que cobran una pensión. En total, se habla de un desvío de 50 mil millones. La investigación se fue a la tumba.

En el sector educativo también hay un desfalco de 3 mmdp por pago federalizado sin justificar, pago a trabajadores inactivos, centros de trabajo clausurados. En total, en la cuenta pública del 2022 hay anomalías por 32 mmdp.

Es un gobierno bañado por la opacidad. Pero para blindarse, ya otorgó una derrama de 5 mmdp para la SEDENA ¿Por qué o para qué? Pues porque le otorgó el “cuidado” y reparación de carreteras.

Por eso su nerviosismo e irritación. La concentración del 18 de febrero lo puso inquieto. Sabe que bajo una votación masiva, cerca de 60 millones de mexicanos que no votaron en el 2021 ahora podrían salir. Sólo le queda la violencia.

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