TRAS BAMBALINAS. Como anillo al dedo.
Por JORGE OCTAVIO OCHOA. El rostro más infame de la tragedia, se vio, como era de esperarse, en nuestra clase política. No fueron sólo las hordas que asaltaron literalmente las tiendas para robar enseres domésticos, sino las expresiones y los rostros de la manipulación y la mentira antes, durante y después del huracán.
La mañana de ese día, 10 horas antes del cataclismo, se sabía del tamaño del monstruo que se acercaba por el pacífico. Autoridades francesas ya habían alertado a sus conciudadanos sobre el crecimiento de “Otis” en México. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos avisó 21 horas antes de su poder devastador.
Sin embargo, en el estado de Guerrero, a la gobernadora Evelyn Salgado, poco le importó. La noche del desastre había una Convención Internacional Minera, que sería encabezada por ella en el glamoroso centro turístico Mundo Imperial, donde ya estaban acreditados miles de invitados, conferencistas, periodistas.
La inauguración estaba prevista para las 18:00 horas del martes 24, con la presencia de la mandataria, pero poco antes del inicio, el gobierno del estado informó de la cancelación ¡pero no del evento! sólo de la presencia de ella. Los organizadores, a su vez, anunciaron la suspensión de los trabajos.
No hubo recomendaciones, ni orientación del gobierno del estado sobre qué hacer ante el aciago momento que se avecinaba. En la Ciudad de México, el presidente López Obrador sólo hizo una mención insulsa en la “Mañanera”, y por la noche, a las 20 horas, escribió un Twitt, sobre “tomar precauciones”
Por el grado de estulticia con que respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador y el descuido con que salió la mañana del martes rumbo al puerto de Acapulco, era evidente que el gobierno federal en su conjunto, había desestimado o calculado mal el nivel de la emergencia.
Esto fue evidente por tres hechos, no palabras:
1.- No llevaba una escolta especial, pero sí a los secretarios de Defensa, Marina, Seguridad Nacional, lo que significó un riesgo innecesario de seguridad interna para el país, sobre todo por la zona a la que se dirigía, donde el crimen organizado ha sentado sus reales.
2.- No llevaba un plan preestablecido de auxilio a nadie. Llegó por tierra, de noche, a una base militar, luego de enfangarse ridículamente, y regresó esa misma noche, vía aérea, sin precisión alguna sobre los centros de apoyo que se instalarían para el reparto de víveres; ni cadenas de custodia en zonas de desastre.
3.- Al no existir órdenes precisas, se desató el caos y la anarquía. Pero eso sí, hasta la mañana del día siguiente, López Obrador anunció, desde Palacio Nacional, su decisión de frenar y concentrar toda la ayuda para apoyar a los acapulqueños. Estigmatizó a las organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil.
Entonces vino la escalada de odio y de rencor ante el alud de críticas que recibió en las primeras horas. Dijo que la Secretaría de la Defensa, sería la encargada de repartir la ayuda, e incluso puso la grabación de un perifoneo, con el que avisó esta decisión. No desaprovechó la oportunidad para criticar a “sus adversarios”.
“Decirles que la distribución de las despensas, porque ya tenemos experiencia lamentablemente en estos casos, queremos que la distribución de las despensas las haga la secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina…”
“…No las autoridades civiles, ni el gobierno federal, ni del gobierno estatal ni del gobierno municipal, ni mucho menos organizaciones sociales llamadas no gubernamentales o de la sociedad civil para que nadie se aproveche…”
Así, el mandatario hizo a un lado todo el apoyo que se empezaba a generar. Mientras en el puerto, el tamaño del saqueo, adquirió dimensiones apocalípticas, de otro huracán. Hordas de gente saqueando almacenes, gasolineras, tendejones, luego casas y personas en la carretera.
¡Como anillo al dedo! El gobierno federal justificó así la concentración y la entrega de agua, de despensas y medicinas, para hacer sentir a la población más humilde, que el gran benefactor es, como siempre, ese gobierno que entregará dinero en mano, pero ahora de la mano de los Servidores de la Nación.
GABINETE DE SEGURIDAD
Mil personas más, mil bocas más, para sumarse a los que requerirán alimentación, hospedaje, cama, agua, en estas horas infaustas. Como si en Acapulco no viviera ya personal de las instituciones especializadas en ese tipo de labores, como el IMSS, ISSSTE
En redes sociales, muchos destacaron además el error más grave del presidente y “el gravísimo riesgo” en que se puso y puso al país. Quedaron atascados en la carretera. Iban los Secretarios de Defensa, Marina y Seguridad. Todo el gabinete de Seguridad, sumido en el fango, en una imagen patética, ridícula y sin sentido.
¿Qué habría pasado si uno de los cárteles los hubiese emboscado? Pero esta vez sí quería la foto, para que sus panegiristas y diarios “amigos” escribieran: “el presidente “cruzó montañas para ir a atender a su pueblo amado”, cuando en realidad quedó atorado al pie del río Papagayo.
Pero, luego de esa “heroica odisea” se fue al Estado de México, para anunciar la construcción de una gran bodega de fármacos. En medio del desastre, López Obrador prefirió ir a levantar granjas de votos. Mientras, sus corifeos intentaron dar la vuelta a lo que ha sido desde entonces un escándalo mediático.
“La congruencia de nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, es indiscutible, después de más de 45 años sigue caminando a ras de tierra en cualquier rincón de México”, escribió el impresentable gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, que tiene bajo su férula un narco estado.
En la falange, un diario gobiernista denostó, en solitario, a todos los demás diarios, que reflejaban en sus portadas el desorden desatado. “En momentos tan dolorosos como este, hay que pasársela desmintiendo a una oposición eternamente resentida”, rezaba el editorial de ese diario en una de sus portadas.
De pronto, olvidaron que fue el propio López Obrador quien inauguró en el 2013 ese tipo de críticas sardónicas, cuando se burló de la actuación de otro gobierno y escribió: “Aunque se enojen, es un hecho que Chong, EPN, Milenio y Televisa, no alertaron para prevenir a la gente del huracán. Su fuerte es otro”.
ENTRE EVELYN Y ABELINA, LUISA E ICELA
En resumen, durante la mañanera previa al día de la catástrofe, el mandatario no evaluó el tamaño de la contingencia. Las autoridades estatales y municipales también se confiaron. La gobernadora Evelyn Salgado y la presidenta municipal, Abelina López Rodríguez literalmente desaparecieron.
Los daños, se dijo al día siguiente, rebasarán los 200 mil millones de pesos, será necesario levantar toda la infraestructura hotelera y comercial, pero el presidente anuncio, con bombo y platillo, que arribarían ¡mil promotores del Bienestar! Como si fuera la buena nueva, ¡Albricias!
Fue entonces que apareció la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, con Rosa Icela Rodríguez y la desaparecida Evelyn, para confirmar esa bendita caravana de mil personas, en lugar de convoyes de pipas con agua, gasolina y plantas de luz. ¡No! Primero a capitalizar políticamente el desastre.
Zapatos limpios, ellas, como se vio en la foto oficial, filtrada por la Secretaría de Gobernación, sin mácula ni polvo, luego de haber realizado un “recorrido” por algunas zonas de desastre y anunciar que los caminos ya estaban desbrozados, lo cual era falso.
La cola larga y sucia, otros. Perdida en el fango quedó por el momento, la información sobre 87 alcaldes que han sido asesinados en México en lo que va del sexenio de López Obrador, una de las razones del por qué se ha extendido la violencia del crimen organizado.
También pasó de noche el fracaso de Claudia Sheinbaum y el vacío en el Estadio Azul; las pugnas en Morena y la inminente caída de Omar García Harfuch para dar paso a Clara Brugada, la eterna preferida de López Obrador. Será el primer manotazo del mandatario en la mesa de su candidata. Pa que sepa quién manda.
Pero eso sí, que nadie se sorprenda si en los próximos días empieza a relucir una “economía narca”, que inicie una milagrosa reconstrucción de la bahía, porque los grandes consorcios, como Vidanta, tienen que cumplir compromisos adquiridos, de fin de año, para el turismo de “alta gama”, que verá a Luis Miguel.
Entonces ahí sí, se aplicarán treguas fiscales, como no se quisieron aplicar durante la pandemia. Será todo el apoyo para la impoluta familia Salgado Macedonio, con Doña Evelyn como figura de ornamento. ¿Primero los pobres? ¡Por favor! Se escucha en Palacio Nacional, el eco de las carcajadas. Ya ven que se ríe de todo.