TRAS BAMBALINAS. Asamblea ridícula

Por JORGE OCTAVIO OCHOA.

Claudia Sheinbaum logró con Trump un acuerdo para detener, por un mes más, los aranceles a todos los productos incluidos en el T-MEC.

Parece poco, pero en los hechos, eso implica adelantar la revisión de dicho tratado y mantener bajo protección a muchos productores mexicanos.

Sin embargo, la forma y el fondo son, por demás, ofensivos. México parece supeditado a los horarios, a la agenda y a los dictados del Bárbaro del Norte.

Ella tuvo que esperar a que le llamaran por teléfono. Trump impuso todas las condiciones, y al final, el país queda sujeto a la misma angustia.

Pero la demagogia ha sido el imperativo categórico de nuestra clase política. Así pudo verse en la concentración de este domingo 9 de marzo.

Sheinbaum la convirtió en una pequeña asonada pírrica y ridícula contra el Poder Judicial, tras la entrega de 29 narcos a Estados Unidos.

Los ministros de la Suprema Corte y los jueces, están ya más vencidos y doblados que las trabes que alguna vez sostuvieron a la Línea 12 del Metro.

Pero los quiso responsabilizar de los errores procesales cometidos, en la entrega de los criminales. No fueron extraditados, ni expulsados. Simplemente trasladados.

En otro país, luego de encontrar hornos crematorios en Teuchitlán, Jalisco, en los que convirtieron en cenizas a más de 200 personas, ameritaría decretar luto nacional.

En México Sheinbaum organiza un festival musical en el Zócalo, donde el sábado 8M fueron reprimidas con gases cientos de mujeres en el “día de la mujer”

Así, México vive el resultado de los errores sexenio tras sexenio. Estamos divididos, confrontados e inconformes.

Convocar a la unidad entre insultos y amenazas es hipócrita. No la hay. Les guste o no a propios o extraños.

México se ve actualmente como un país sin rumbo. Hoy, la sedicente izquierda culpa al “periodo neoliberal” de una apertura comercial que ellos mismos ratificaron.

El odiado Tratado de Libre Comercio (TLC) heredado del “Salinato”, fue revalidado por López Obrador, bajo el nombre de T-MEC.

En 1994, cuando se decidió esa apertura comercial, los únicos críticos verdaderos del tratado fue el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

López Obrador, entonces opositor al TLC, cambió de opinión pasados los años, y se justificó de la manera más burda cuando llegó a la Presidencia.

“Se ha consolidado una relación económica importante y no es racional tirarla por la borda”. No pensó lo mismo con el aeropuerto de Texcoco. Echó a la basura miles de millones de pesos.

Por ende, son corresponsables de las penurias que hoy vivimos ante un socio comercial abusivo, voraz y autoritario.

El régimen, la 4T, Morena, sus rémoras PT y PVEM; PAN, PRI, PRD, permitieron y revalidaron la firma del T-MEC.

Hoy, Sheinbaum no tiene autoridad moral para hablar de periodos neoliberales. Son parte, y también son responsables de la desgracia económica y financiera que vivimos.

Los multimillonarios proyectos fallidos de AMLO nos pasarán factura. Elefantes Blancos en los patios de Palacio Nacional.

En números redondos, implican descomunales despilfarros: 330 mil millones al cancelar un aeropuerto internacional que tenía más de un 30% de avance.

Desperdiciados 115 mil millones de pesos en otro aeropuerto que no se usa y que quizá termine como aeropuerto de carga.

Gastó 515 mil millones de pesos en un Tren Maya sin utilidad; que tardará más de 200 años en recuperar lo invertido y que, en el mejor de los casos, será tren de carga.

Invertidos 300 mil millones de pesos en una refinería que todavía no refina nada y que difícilmente será la palanca de autonomía energética que se había prometido.

Esto, sin contar los 15 mil millones del saqueo en SEGALMEX; los 135 mil millones de Fideicomisos desaparecidos; los 33 mil millones de pesos de irregularidades en Programas del Bienestar.

Esta será la cantaleta de los años por venir. La cola muy larga de un régimen que se dice impoluto, pero que cometió los mismos errores que “los de antes”

Arrogancia, soberbia, una actitud que ha sufrido el país desde hace más de 50 años. Los planes sexenales se han vuelto una oda al patriarca en turno.

Alguna vez se hizo el intento de desarrollar planes transexenales, pero el ego y la avaricia de cada mandatario fue superior.

Cada uno quiso dejar su apellido para la posteridad, pero sólo quedaron enormes deudas, que no podremos pagar ni en dos generaciones.

Ahora, ante las decisiones unilaterales de Donald Trump, México puede reconsiderar el rumbo, dejar proyectos de largo aliento, bien consensados, y pensar en otros aliados.

Acuerdos preferenciales para beneficiar industrias de alta generación de empleo, con exención de predial, uso de agua o generación de su propia electricidad.

Se debe retomar y fortalecer el inconmensurable potencial turístico de nuestro territorio; combatir al crimen organizado y retomar la vocación agrícola. Dar un nuevo impulso a la minería.

Esos son los rubros que actualmente sostienen a la economía nacional, junto con las remesas y el petróleo. Sin embargo, estas dos últimas van en picada. 

Convertir en fiesta lo que pudo ser una gran desgracia no es prudente. Seguimos amenazados y, peor aún, sometidos.

Esos “llamaditos” patrioteros son retóricos, innecesarios e injustos. Si alguien ha sido solidario con el país, ese ha sido el pueblo.

En los próximos días, ustedes verán como esas élites políticas, principalmente del Congreso de la Unión, tomarán sus periodos vacacionales, como si lo merecieran; a costa del erario y de los impuestos pagados por los ciudadanos.

Compensaciones y “dietas” superiores a los 130 mil mensuales. ¿Cuántos de ellos merecen esos ingresos?

Si hiciéramos un análisis salario-rendimiento-capacidad, caeríamos en la cuenta de que más de 200 de ellos son absolutamente innecesarios.

Un gran número de nuestros diputados y senadores son corruptos, abusivos y, sobre todo, inútiles. Nada perdería el país si los redujeran. La 4T ha permitido que se mantenga y se profundice esta situación.

Por eso, llamar ahora a una Asamblea informativa, es insultante. No somos iguales. No todos somos miembros de la feligresía. Esa fue una convocatoria para correligionarios.

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